En la presentación Iteraciones extremadamente cortas como catalizador para una priorización efectiva del trabajo (26 minutos, video en inglés), Mishkin Berteig nos cuenta una situación donde le propuso a un equipo de desarrollo, el cual comenzaba a experimentar con Scrum, utilizar iteraciones de 2 días. Este enfoque extremo fue para solucionar el problema de falta de prioridades en la organización, lo cual resultaba en crisis constantes. La decisión llevó a una crisis aún mayor la cual expuso la necesidad de priorizar tareas.
Mishkin trabajó con un equipo de desarrollo de software el cual sufría interrupciones en forma constante. La companía tenía varios Dueños de Producto quienes le pedían al equipo que les resolviera temas lo antes posible. Esto ocasiaba un cambio constante de un proyecto a otro, sin lograr un avance real en ningún proyecto, y los usuarios estaban cada vez más molestos.
Mishkin propuso usar iteraciones muy cortas: 2 días. Decidieron quedarse en un único proyecto durante al menos dos días luego de que comenzaban el trabajo. Esto trajo algo más de orden a la situación, pero igual era muy estresante para el equipo el tener que comprometerse por períodos de tiempo tan cortos.
Cuando alguno de los Dueños del Producto querían interrumpir al equipo, ellos no aceptaban, lo cual llevó a una crisis, y así el vicepresidente de la companía tuvo que intervenir. El vicepresidente, que no sabía lo que ocurría con el equipo, de las interrupciones constantes y la decisión de usar iteraciones de 2 días, finalmente se enteró de lo que ocurría, e intervino para aclarar lo que realmente era importante para la empresa. Resultó ser que la mayoría de los proyectos podía esperar un par de meses, y sólo un proyecto en particular necesitaba de atención inmediata. Así el equipo pudo volver a las iteraciones de 2 semanas. Problema resuelto.